CONQUISTANDO CON EL AMOR
- Pastor Willian Klinger Mosquera
- 18 mar 2021
- 2 Min. de lectura
"Si alguno dice: Yo amo a Dios, y aborrece a su hermano, es mentiroso. Pues el que no ama a su hermano a quien ha visto, ¿cómo puede amar a Dios a quien no ha visto? Y nosotros tenemos este mandamiento de él: El que ama a Dios, ame también a su hermano." - 1 Juan 4:20-21 RVR 1960
Por estos tiempos donde se lanzan críticas constantes y sistemáticas a muchos de los principios que rigen nuestros comportamientos sociales y familiares, en lugar de desgastarnos defendiéndonos, ¿qué tal si adoptamos una posición ofensiva y conquistamos?.
No existe una mejor manera de conquistar que manifestar el amor de Cristo en todo momento y en todo lugar, fue así como Jesús logró transformar una humanidad llena de prejuicios y acepciones; fue a través de su amor como se acercó y restauró al leproso y liberó a la mujer adúltera (Mateo 8:1-4; Juan 8:1-11) .
Todo se trata de amor, un amor que en lugar de juzgar y atemorizar extiende la mano para rescatar y restaurar; el amor de Dios es incondicional, no le importa lo que haya ocurrido en el pasado, todo lo perdona, es entregado para edificar; amando fue como Jesús conquistó la humanidad: amó a los Griegos, amó a los Romanos quienes en esa época hacían cosas no tan bien vista antes sus ojos; sin embargo, su influencia fue tal, que logró transformar el occidente.
Las personas que podríamos aborrecer no son aquellas que hacen cosas que están bien ante nuestros ojos; más bien son aquellas que hacen lo que a nuestro juicio está mal: los que roban, los que mienten, los que adulteran, etc.; pero ...
Estar a la estatura de Cristo supone que tengamos la capacidad de amar incondicionalmente aun a los que nos persiguen
Nos defendemos cuando en lugar de estudiar las escrituras para ser edificados, la revisamos para argumentar en contra de un postulado de aquellos que se oponen a nuestra manera de comportarnos.
Nos defendemos cuando en lugar de orar para ganar los corazones de las personas perdidas, oramos pidiéndole a Dios condenación para ellos.
Nos defendemos cuando en lugar de usar nuestro tiempo para ayudar a los necesitados, dedicamos nuestro tiempo para excluirlos y apartarlos.
Una actitud de conquista supone primero una preparación para ir a la batalla, cimentarse en las escrituras y estar dispuesto a caminar rebosantes del amor que el Padre nos ha confiado; una actitud de conquista supone servir y hacer el bien sin importar quién lo recibe, una actitud de conquista supone nuestra participación en amor en las instituciones de la sociedad, una actitud de conquista supone amar incondicionalmente a nuestro prójimo.
Palabra de Esperanza
¿Qué hay de ti?
¿Te cuesta amar a alguien?, recuerda que el amor de Dios es incondicional, Jesús nos enseñó a amar a nuestros enemigos. Piensa en aquella persona que te cueste amar, prepara un acto de amor para ella, no antes sin pedirle a a Dios que te rebose de su amor para que puedas dar de lo que tienes.
Oración:
Gracias Dios por amarme de manera incondicional, por olvidar mis faltas, por aceptarme tal como soy, por llevarme pacientemente de tu mano para llegar a la estatura de Cristo, ayúdame a amar el prójimo
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