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CUIDÁNDONOS DEL CONOCIMIENTO QUE ENVANECE

Nunca antes en la historia de la humanidad teníamos la posibilidad de acceder ni de analizar en poco tiempo gran cantidad de información; pero si se tratara de eso, los principales y más antiguos problemas de la humanidad estarían resueltos.

PALABRA: (1 Corintios 8 TLA)

“1 Ahora quiero responder a lo que me preguntaron acerca de los alimentos ofrecidos a los ídolos. Todos nosotros sabemos algo acerca de esto. Sin embargo, debemos reconocer que el conocimiento nos vuelve orgullosos, mientras que el amor fortalece nuestra vida cristiana. 2 Sin duda, el que cree que sabe mucho, en realidad no sabe nada. 3 Pero Dios reconoce a todo aquel que lo ama.

4 En cuanto a esto de comer alimentos ofrecidos a los ídolos, bien sabemos que los ídolos no tienen vida, y que solamente hay un Dios. 5 Algunos llaman dioses o señores a muchas cosas que hay en el cielo y en la tierra. 6 Sin embargo, para nosotros sólo hay un Dios, que es el Padre. Él creó todas las cosas, y nosotros vivimos para él. También hay sólo un Señor, que es Jesucristo. Dios creó todo por medio de él, y gracias a él nosotros vivimos ahora.

7 No todos saben estas cosas. Antes de creer en Cristo, algunos de ustedes adoraban ídolos, y todavía creen que esos ídolos tienen vida. Por eso, cuando comen alimentos que fueron ofrecidos a los ídolos, les remuerde la conciencia y se sienten culpables. 8 Pero nuestra relación con Dios no va a ser mejor o peor por causa de los alimentos que comamos. 9 Sin embargo, aunque tengamos derecho a comer de todo, debemos tener cuidado de no causarles problemas a los miembros de la iglesia que todavía no están debidamente instruidos. 10-11 Supongamos que uno de ustedes va a comer a un lugar donde se adora a los ídolos, y que lo ve algún miembro de la iglesia que todavía cree que los ídolos tienen vida. Entonces, aunque bien sabemos que los ídolos no tienen vida, aquel miembro de la iglesia va a pensar que está bien adorar ídolos, y dejará de creer en Cristo, quien murió por él. 12 Cuando le hacemos daño a los miembros de la iglesia que no saben distinguir entre lo bueno y lo malo, también le hacemos daño a Cristo. 13 Por eso yo jamás voy a comer algo, si por comerlo hago que un miembro de la iglesia peque.”

El conocimiento envanece

Como es preciada la belleza o el dinero en algunas sociedades, lo es también el conocimiento en otras, quienes ostenten la mayor cantidad de artículos publicados en revistas acreditadas internacionalmente, quienes han llegado más lejos en estudios, quienes pertenecen a comunidades científicas más prestigiosas; terminan siendo los más valorados en este tipo de comunidades.

Mentiría si digo que el acceso a la información y la capacidad actual de análisis no nos ha ayudado a tomar mejores decisiones que finalmente han contribuido a mejorar algunos aspectos de la humanidad; pero de fondo no hemos resuelto problemas de base de nuestra sociedad como el egoísmo, la injusticia, la intolerancia, entre otros. Por más libros que se publiquen abordando estos temas seguimos en las mismas condiciones

Vivo en una sociedad en la que en la generación anterior eran analfabetas o probablemente cursaron hasta primaria y a duras penas bachillerato, pero vivieron en amor, unidad y armonía, apoyándose mutuamente, sintiéndose orgullosos el uno del otro.

Pero extrañamente en cuanto más conocimiento adquirieron, más distantes se volvieron, ¡cuidado! No estoy diciendo que en todas las familias sea así; pero sé que algunos empezaron a reclamar por el título previo a su apellido.

Esto no es ajeno dentro del cristianismo; algo similar pasa con quienes asisten a las iglesias, se creen superiores, santurrones y en lugar de integrarse, se apartan.

“¿Cómo, pues, invocarán a aquel en el cual no han creído? ¿Y cómo creerán en aquel de quien no han oído? ¿Y cómo oirán sin haber quien les predique?” Romanos 10:14

Une mucho más el amor que el conocimiento, si bien es cierto debemos ir ganando conocimiento en Cristo y también secular, es mucho más importante conservar el amor porque fortalece nuestra vida cristiana.

“... debemos reconocer que el conocimiento nos vuelve orgullosos, mientras que el amor fortalece nuestra vida cristiana.” - 1 Corintios 8:1 TLA

No se trata de conocer más, se trata de amar más.

En la medida en que nos adentramos a campos especializados de conocimiento nos damos cuenta humildemente de lo ignorantes que somos en esa área, cada vez la academia compite más por generar nuevo conocimiento y siempre habrá algo nuevo por descubrir, recuerda que los pensamientos de Dios son muchos más altos que los nuestros (Ver Isaías 55:8-9 RVR1960)

Hay un enorme potencial de herir en un conocedor superficial que crees saberlo todo; en cambio, el amor puede cubrir multitud de faltas. Dios es amor y el amor es su principal lenguaje, el reconoce a aquellos que lo aman, no a aquellos que más Biblia saben.

Así tenga un conocimiento superior, las personas maduras en amor, son capaces de ponerse al nivel del principiante para evitar confundirlos; como quien evita explicarle el acto biológico en el cual se concibe a un bebé y prefiere contarle la historia de la cigüeña a un niño que se pregunta cómo se hacen los niños.

Conocimiento que divide

23 Te repito: no te metas en discusiones necias y sin sentido que solo inician pleitos. 24 Un siervo del Señor no debe andar peleando, sino que debe ser bondadoso con todos, capaz de enseñar y paciente con las personas difíciles. 25 Instruye con ternura a los que se oponen a la verdad. Tal vez Dios les cambie el corazón, y aprendan la verdad. 26 Entonces entrarán en razón y escaparán de la trampa del diablo. Pues él los ha tenido cautivos, para que hagan lo que él quiere.(2 Timoteo 2:23-26)

Para simplificar la comprensión de lo que pasa en la sociedad vamos a ver situaciones que ocurren en nuestros hogares y por contiendas de conocimiento generamos divisiones.

Por ejemplo, cada vez que se acercan elecciones se vuelve candente la discusión en las familias, por un u otro candidato vienen y van insultos, se tratan de “ignorantes”, hay daño, dolor y distanciamiento porque algunos defienden a muerte su posición sin pensar en los demás.

En la familia también hay facciones donde se presume del conocimiento, ¡este sí sabe de derecho!, ¡este si sabe moda!, ¡este sí sabe de matemática!, hasta dirán: ¡este si sabe de la Biblia!; ojo si es a usted al que se refieren como el que sí sabe de Biblia y al que llaman a la trivia: ¿Cuántos hijos tuvo María?, ¿Dónde nació Jesús?.

Cuando esto es tratado como el que "si sabe", la arrogancia se convierte en una piedra de tropiezo porque no permite reconocer que hay cosas que no sabemos, y nos apresuramos a dar respuestas que terminan confundiendo o lastimando a los demás.

De eso no se trata, fácilmente podemos llegar a discusiones sin sentido que en lugar de acercar, alejan a los miembros de la familia que no creen en Jesús, el apóstol Pablo aconseja a Timoteo:

15 Procura con diligencia presentarte a Dios aprobado, como obrero que no tiene de qué avergonzarse, que usa bien la palabra de verdad.” - 2 Timoteo 2:15

Realmente en lugar de recitar trozos de la Biblia, según el apóstol Pablo, la mejor manera de enseñar del amor de Jesús es viviendo conforme a la Palabra que está arraigada en tu corazón.

¿Cuál es el conocimiento al que debemos apuntar?

Cuando más conoces a Jesús mayor amor y misericordia puedes experimentar de su parte, puedes ser consciente de tu dependencia de Él y dejar a un lado la arrogancia de creer que lo conoces todo y te labras tu propio destino.

Cuando lo conoces verdaderamente te das cuenta de que Dios es amor (Ver 1 Juan 4:7-8), cuando te llenas tanto de su amor, necesitas compartirlo con otros e invitarlos a que experimenten esa sensación grandiosa de sentirse verdaderamente amado.

Así que deberíamos apuntar a conocer a Jesús y de paso ganar vida eterna.

Y esta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y a Jesucristo, a quien has enviado..” - Juan 17:3

Esto nos exige naturalmente mayores responsabilidades, hay una demanda mayor en nosotros que conocemos, frente a los que no conocen; debemos ayudar con nuestra actitudes a los débiles en la fe,

Cuando hablamos de esos “débiles en la fe” de la familia, suele ser un poco más complejo; ellos nos conocen mejor, saben lo que nos molesta, cómo sacarnos de quicio, conocen nuestras debilidades, cuentan nuestros errores; así que la demanda con ellos es mayor que con un desconocido que cree que tu vida es perfecta.

Si nos llenamos del amor de Cristo, no hay espacio para la ofensa y podemos soportar todo, ya que hemos sido llamados a ser pacientes, a enseñar y a ser bondadosos.

Conclusión

El conocimiento envanece, de nada sirve si no es acompañado del amor que fortalece nuestra vida cristiana, debemos revisarnos diariamente para no jactarnos por ser conocedores de una Palabra que no vivimos y más bien procurar con diligencia presentarnos ante Dios como obreros que no tienen de qué avergonzarse.

¿Qué te ha hablado el Espíritu Santo?

  1. ¿He promovido la división en medio de mi familia?

  2. ¿He ofendido a los míos por actitudes arrogantes?

  3. ¿He alejado a personas por mi posición llena de religiosidad y legalismo?.

  4. ¿Soy más fácil de encenderme cuando un familiar que cuestiona y me pone en una situación incómoda?


Comparte alguna de tus impresiones con tus compañeros de grupo, y pide apoyo en oración en caso de requerir.

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