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LA MEJOR ELECCIÓN

Normalmente tomas cientos de decisiones al día, eliges de manera permanente desde a qué hora levantarse, si orar o no, cómo abordar a la familia, qué ropa vestir, qué almuerzo comer, en fin.

Existen decisiones importantes y trascendentales y otras no tanto; pero lo que tiene en común es que cuando los resultados de esa decisión que tomaste están alineados con la motivación que tuviste te dan una sensación de haber tomado la mejor elección.

PALABRA: (Efesios 1:3-14)

3 Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos bendijo con toda bendición espiritual en los lugares celestiales en Cristo, 4 según nos escogió en él antes de la fundación del mundo, para que fuésemos santos y sin mancha delante de él, 5 en amor habiéndonos predestinado para ser adoptados hijos suyos por medio de Jesucristo, según el puro afecto de su voluntad, 6 para alabanza de la gloria de su gracia, con la cual nos hizo aceptos en el Amado, 7 en quien tenemos redención por su sangre, el perdón de pecados según las riquezas de su gracia, 8 que hizo sobreabundar para con nosotros en toda sabiduría e inteligencia, 9 dándonos a conocer el misterio de su voluntad, según su beneplácito, el cual se había propuesto en sí mismo, 10 de reunir todas las cosas en Cristo, en la dispensación del cumplimiento de los tiempos, así las que están en los cielos, como las que están en la tierra.

11 En él asimismo tuvimos herencia, habiendo sido predestinados conforme al propósito del que hace todas las cosas según el designio de su voluntad, 12 a fin de que seamos para alabanza de su gloria, nosotros los que primeramente esperábamos en Cristo. 13 En él también vosotros, habiendo oído la palabra de verdad, el evangelio de vuestra salvación, y habiendo creído en él, fuisteis sellados con el Espíritu Santo de la promesa, 14 que es las arras de nuestra herencia hasta la redención de la posesión adquirida, para alabanza de su gloria.

¿Cuándo creo que tomé una buena elección?


Cuando estás debatiendo entre qué ropa ponerte para vislumbrar al equipo de la entrevista y llegas a la sala de juntas y alguien de los que está sentado te dice ¡Wow! que bien te ves, seguramente dirás para tus adentros que tomaste una buena decisión.


A veces no tienes la motivación correcta y resultas obteniendo resultados que son buenos; por ejemplo si terminas haciendo ejercicio para verte bien, y eso te lleva a hacer ejercicios aeróbicos y anaeróbicos que redunda en mejora de su salud.


En ocasiones este último escenario es tan nocivo y engañoso que puede conducirte a un espiral de descenso, por ejemplo cuando decides apostar y al principio ganas en la apuesta, comienzas a gastar dinero creyendo que estás tomando la decisión correcta, pero un día cualquiera cuando más dinero apuestas, no obtienes el resultado esperado.


Lo contrario es justamente cuando con buenas motivaciones tomas decisiones que en principio parece que no arrojan buenos resultados, pero que al final tienen su recompensa.


Una buena decisión no necesariamente implica tener buenos e inmediatos resultados para ti, tiene que ver con tener la motivación correcta, basado en cómo Jesús lo haría.

Elecciones según nuestra naturaleza


Si estás en frente de un río y debes cruzar al otro lado, podría de acuerdo a tu limitaciones tomar las decisiones, pero no podrías ir en contra de tu naturaleza.


Dicho de otra manera, si sabes nadar, cruzar nadando es una opción, de lo contrario debería optar por buscar alguna embarcación.


Ni se te ocurra como un ave ir volando porque no tienes la capacidad de hacerlo, estarías en contra de tu naturaleza.


Nuestra naturaleza pecaminosa nos impediría tomar decisiones de justicia y santidad, fue Jesús que por su gracia transforma nuestra naturaleza, convirtiéndonos ahora en una nueva criatura (Ver 1 Corintios 5:17) con espectro más amplio de alternativas para tomar decisiones.


Nuestra naturaleza finalmente limita nuestras decisiones, a las personas que no conocen otras opciones, aquellas que no han escuchado de Jesús, no tienen la oportunidad de tomar una elección diferente, es muy probable que su vida permanezca sumida en la oscuridad sin ver salida a los problemas.


Elegir supone libertad


La palabra elección implica que el decisor tenga verdadera libertad para tomar sus decisiones, de lo contrario esa afectación en un escenario alterado, inclina tu toma de decisión.


¿Puede un esclavo elegir?, ¿Puede un adicto elegir?


Dios nos ha dado el libre albedrío, la oportunidad de elegir; sin embargo desde la decisión tomada por el primer hombre fuimos sumidos a la esclavitud del pecado (Ver Romanos 6:16-17)


Antes éramos esclavos del pecado dice la palabra de Dios, incluso ahora mismo luchamos constantemente por vencer el pecado que mora en nosotros, estamos expuestos a influencias y tentaciones que nos inclina a lo pecaminoso.


Y yo sé que en mí, esto es, en mi carne, no mora el bien; porque el querer el bien está en mí, pero no el hacerlo. 19 Porque no hago el bien que quiero, sino el mal que no quiero, eso hago. 20 Y si hago lo que no quiero, ya no lo hago yo, sino el pecado que mora en mí.” (Romanos 7:18-20)


Antes éramos esclavos del pecado; sin embargo, alguien vino a hacernos verdaderamente libre, nos quitó toda cadena de esclavitud del pecado, su nombre Jesucristo de Nazareth


“34 Jesús les respondió: De cierto, de cierto os digo, que todo aquel que hace pecado, esclavo es del pecado. 35 Y el esclavo no queda en la casa para siempre; el hijo sí queda para siempre. 36 Así que, si el Hijo os libertare, seréis verdaderamente libres”. - (Juan 8:34)

Las partes requieren libre y voluntariamente elegirse para establecer una relación


Hemos visto en servicios anteriores como Dios escogió una nación Israel pero cada uno de los israelitas tenía la obligación de escoger la obediencia a Dios, no se trata de una decisión unilateral para que exista relación debe ser una elección recíproca y voluntaria.


En nuestro texto inicial resaltamos que Jesús nos eligió (Ver Efesios 1:4), pero ahora es necesario que nosotros tomemos la mejor decisión, la de ir tras Él, allí recibiremos la verdadera libertad, y tras ser verdaderamente libres podemos tomar mejores decisiones, con una naturaleza distinta.


¿Para qué tengo esa libertad?


Tratemos de responder esa pregunta leyendo con cuidado el siguiente fragmento de la Palabra:


“13 Porque vosotros, hermanos, a libertad fuisteis llamados; solamente que no uséis la libertad como ocasión para la carne, sino servíos por amor los unos a los otros. 14 Porque toda la ley en esta sola palabra se cumple: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. 15 Pero si os mordéis y os coméis unos a otros, mirad que también no os consumáis unos a otros.” (Gálatas 5:13-15)


Entonces es el amor el punto clave en todas nuestras decisiones, usted debe indagar internamente para saber cuál es la verdadera motivación detrás de cada una de las decisiones que toma.


Jesús te escogió a ti por amor, (Ver Juan 3:16), no fue por su propio bienestar, de hecho cuando escogió al pueblo de Israel, escogió lo peorcito, lo más débil.


Así que no buscamos lo nuestro, no podemos ser guiados por envidias o celos, qué tal si mejor leemos la descripción de amor que nos da el apóstol Pablo:


“4 El amor es sufrido, es benigno; el amor no tiene envidia, el amor no es jactancioso, no se envanece; 5 no hace nada indebido, no busca lo suyo, no se irrita, no guarda rencor; 6 no se goza de la injusticia, mas se goza de la verdad. 7 Todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta.” (1 Corintios 13:4-7)


Conclusión


Jesús en la mejor elección, Él nos libertó de la esclavitud del pecado y nos ha otorgado una verdadera libertad que al cambiar nuestra naturaleza (Porque ahora somos una nueva criatura) nos abre los ojos para poder ver en un mundo de tinieblas donde nuestras decisiones eran gobernadas por el maligno.


Preguntas para reflexionar

  1. ¿Cuál ha sido la motivación de las decisiones más importante de tu vida?

  2. ¿Regresa al momento de esas decisiones y pregúntate si lo hubieras hecho distinto?

  3. ¿Ahora que conoces a Jesús ves otras opciones que antes no veías?, ¿Cuáles por ejemplo?

¿Qué te ha hablado el Espíritu Santo?


IMPORTANTE: Lo que sea que el Espíritu Santo te instruya genera un plan de acción y rinde cuenta a algún compañero de grupo, líder, o pastor.

Comparte alguna de tus impresiones con tus compañeros de grupo, y pide apoyo en oración en caso de requerir.

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