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RECONCILIACIÓN O PERDÓN, ES TU DECISIÓN

Los conflictos son inevitables en un mundo caído, ya sabemos cómo a través de la oración a toda costa deberíamos evitar que escalen, sabemos que debemos ponernos en los zapatos de los demás para lograr entender su posición; pero en caso de que se presenten qué debería hacer?.

Definitivamente el perdón es importante en la vida de un creyente, pero hay más que eso: la reconciliación; en ocasiones perdonamos, pero no llegamos hasta la reconciliación; este mensaje nos ayudará aclarar la diferencia entre uno y otro desde la perspectiva bíblica.

PALABRA: (Romanos 5:6-11)

“6 Porque Cristo, cuando aún éramos débiles, a su tiempo murió por los impíos. 7 Ciertamente, apenas morirá alguno por un justo; con todo, pudiera ser que alguno osara morir por el bueno. 8 Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros. 9 Pues mucho más, estando ya justificados en su sangre, por él seremos salvos de la ira. 10 Porque si siendo enemigos, fuimos reconciliados con Dios por la muerte de su Hijo, mucho más, estando reconciliados, seremos salvos por su vida. 11 Y no solo esto, sino que también nos gloriamos en Dios por el Señor nuestro Jesucristo, por quien hemos recibido ahora la reconciliación.”

Pongámonos de acuerdo que siempre habrá desacuerdos


Un desacuerdo bien conocido en la Biblia es el que hubo entre Pablo y Bernabé en pleno momento de evangelización, cuando la iglesia primitiva ponía en práctica la gran comisión, yendo por todos los rincones compartiendo el mensaje de salvación.

En esa época no era fácil planear un viaje, las frecuencias de salida de embarcaciones y carruajes eran esporádicas, las comunicaciones eran difíciles, así que si alguien desertaba tendría un grave impacto en la planeación. Precisamente Juan, apodado Marcos, desertó (Ver Hechos 13:13), lo que causó gran molestia en su momento a Pablo.

Pero su molestia no solo fue por ese momento, perduró un rato, tanto que tuvo en cuenta ese incidente para argumentar su decisión de no llevar a Juan Marco en el siguiente viaje misionero; causando también desacuerdo con su amigo Bernabé, con quien ya había hecho su primer viaje misionero (Ver hechos 13:1-3)

“36 Después de algunos días, Pablo dijo a Bernabé: Volvamos a visitar a los hermanos en todas las ciudades en que hemos anunciado la palabra del Señor, para ver cómo están. 37 Y Bernabé quería que llevasen consigo a Juan, el que tenía por sobrenombre Marcos; 38 pero a Pablo no le parecía bien llevar consigo al que se había apartado de ellos desde Panfilia, y no había ido con ellos a la obra. 39 Y hubo tal desacuerdo entre ellos, que se separaron el uno del otro; Bernabé, tomando a Marcos, navegó a Chipre, 40 y Pablo, escogiendo a Silas, salió encomendado por los hermanos a la gracia del Señor, 41 y pasó por Siria y Cilicia, confirmando a las iglesias.(Hechos 15:36-41)

Bernabé por su lado se mostró compasivo con Juan, quizás por el hecho de ser su tío (Ver Colosenses 4:10) lo llevó consigo a su viaje misionero a Chipre. Veremos luego el papel de Bernabé en la restauración de Juan Marco, pero volviendo otra vez a Pablo:

¿Tenía razón para estar en desacuerdo o no?

Claro que sí, tenía toda la razón, así como también nosotros nos enojamos en ocasiones con razones justas. Pablo siendo un gran discipulo de Jesús, habiendo escrito un poco más de las 2/3 partes del nuevo testamento tuvo este conflicto con otro hermano, cuanto más podríamos tener tu y yo; sin embargo eso no quiere decir que sea el estado definitivo; debemos darle cabida al Espíritu Santo para que nos ayude.

Perdón o Reconciliación, es tu decisión.

Jesús no solo perdonó nuestros pecados sino que también nos reconcilió con el Padre, si somos sus seguidores no solo debería promover el perdón; sino también la reconciliación.

En el mensaje pasado tratamos el tema del perdón y vimos lo importante que es para la parte ofendida, lo vimos como acto de introspección, en el que la persona ofendida puede otorgarlo poniendo fin a un sufrimiento del que a veces ni es consciente el ofensor.

Pero aquello que dice Jesús acerca de amar a los enemigos es la verdadera reconciliación, hacer bien al que te lastima es promover la reconciliación, va más allá de un ejercició de introspección, se requiere la valentía de ir afuera de nuestros límites y arriesgarnos a potenciales conflictos con las otras personas involucradas con quienes deseamos restaurar nuestra relación.

No muestra la Biblia detalles de cómo fue la reconciliación entre Pablo y Marcos, pero lo cierto es que da evidencia que el fuerte altercado que alguna vez ocurrió, quedó en el pasado y luego quien una vez descartó viajar con Juan Marco ahora procuraba su bienestar.

“10 Aristarco, mi compañero de prisiones, os saluda, y Marcos el sobrino de Bernabé, acerca del cual habéis recibido mandamientos; si fuere a vosotros, recibidle;” - Colosenses 4:10

Puedes decidir solo perdonar a alguien y no restaurar la relación, el perdón termina siendo algo muy íntimo y personal, pero la reconciliación va mucho más allá, implica la restauración de una relación, es decir un esfuerzo para procurar que las cosas sean como antes fueron.

Entre más íntima haya sido una relación rota, se supone un mayor esfuerzo para reconciliarse, pero cuando hay mayor influencia de Jesús en nuestro corazón, más fácil es la reconciliación.

Cuando recién se empieza a caminar con Jesús hay consciencia del perdón de nuestros pecados por el Padre celestial; pero desconocemos el contenido del paquete completo que incluye la reconciliación.

10 Porque si siendo enemigos, fuimos reconciliados con Dios por la muerte de su Hijo, mucho más, estando reconciliados, seremos salvos por su vida” - Romanos 5:10

El perdón sin duda es bueno porque te libera del peso del dolor, y alivia de alguna manera tus cargas, pero la reconciliación, aunque más difícil, te abre las puertas no solo para restaurar, sino para ir mucho más allá de lo que estaba construido antes de la ofensa,

La reconciliación es necesaria para la edificación de la obra del Señor

Dios no desecha a nadie, Él siempre está viendo el potencial de las personas, mientras para Pablo, Marcos era un fracaso, para Bernabé era un potencial discípulo.


El hecho de que a alguien de la iglesia, tu familia o tu trabajo le parezca que tú eres un fracaso, no significa que sea así para Jesús, puede ser alta y digna su posición (Como la de Pablo); pero no está por encima de Dios, quién podrá usar a otros para restaurarte.


A través de Bernabé en el siguiente viaje a Chipre, Juan Marcos, escritor del primero de los evangelios creció en madurez y también logró superar la ofensa hecha a uno de los personajes mas relevantes de la iglesia primitiva, de tal manera que Pablo lo consideró útil para el ministerio.

“11 Solo Lucas está conmigo. Toma a Marcos y tráele contigo, porque me es útil para el ministerio”. 2 Timoteo 4:11

En esta escena podemos aprender que Dios quiere que todos seamos restaurados para estar al servicio del reino de los cielos. Bernabé y Pedro fueron determinantes en el proceso de restauración de Juan Marco, quien si se hubiera limitado a la reacción de Pablo, no hubiera crecido en madurez espiritual.

No siempre hay que reconciliarse

Tu puede perdonar a alguien que te hizo daño, pero no siempre es necesaria una reconciliación con esa persona.

Una familia que estuvo en problemas a causa de un amigo muy allegado a la familia que confundió las cosas y coqueteó con la esposa, probablemente requiere un perdón, difícilmente una restauración; el esposo puede perdonar a su amigo, pero probablemente no volverá a ofrecerle la morada en su hogar.

No creo que haya vivido resentido toda la vida José con la esposa de Potifar, pero estoy totalmente seguro que no procuró reconciliarse con ella. Hay circunstancias en las que debemos apelar a la sabiduría del Espíritu Santo y dejarnos guiar.

Conclusión

El perdón es un acto introspectivo que nos libera del sentimiento de odio, la sed de venganza o del dolor del que fuimos víctima; la reconciliación conlleva un acto intencional de pretender restaurar la relación con otra persona. Si seguimos el modelo de Jesús deberíamos procurar no solo perdonar, sino también reconciliar; pero recuerda que no es una regla obligatoria, el Espíritu Santo te ayudará y guiará al perdón o la reconciliación.


Preguntas para reflexionar

  1. ¿Cuánto tiempo llevas sin restaurar una relación que deberías?

  2. ¿En cuáles de tus relaciones que hubo perdón necesitas restauración?

  3. ¿Te has culpado porque no te has podido reconciliar con alguien?. Recuerda que a veces es suficiente con el perdón.

¿Qué te ha hablado el Espíritu Santo?


IMPORTANTE: Lo que sea que el Espíritu Santo te instruya genera un plan de acción y rinde cuenta a algún compañero de grupo, líder, o pastor.

Comparte alguna de tus impresiones con tus compañeros de grupo, y pide apoyo en oración en caso de requerir.

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